El empresario y filántropo colombiano hace un repaso a sus momentos clave en el ámbito profesional.

La vida de Carlos Mattos ha sido, en muchos sentidos, plena. En el ámbito profesional ha liderado grandes proyectos en compañías punteras.

En una entrevista a un pequeño medio español, el empresario admitía que “no solo hay un número determinado de hitos en mi trayectoria profesional que destacar”. Sin embargo, sí que reconocía que todos ellos le han marcado en su vida.

Uno de ellos fue, sin lugar a dudas, su paso por el Babson Collage. El propio Mattos afirmaba que su paso por la universidad americana le “empoderó” los deseos que él tenía para liderar. “Fue allí donde hice mi MBA y allí también me consagré no solamente al estudio si no también en las prácticas”. El empresario ya había podido ver, en menor escala, el funcionamiento de un comercio pequeño. Sin lugar a dudas ese era otro mundo. “Allí se mostraban en todo su esplendor las grandes empresas” esgrimía, al tiempo que añadía: “Babson me dió todo lo que necesitaba para ser ese empresario emprendedor que siempre quise”. De alguna manera también Harvard, posteriormente, se lo dio.

Pero si tuviera que destacar el culmen, sería el día en el que la universidad le comunicó que le iban a poner su nombre a uno de sus edificios. “Recuerdo que fue un momento imborrable. Fue todo por fases. Primero la entidad me encomendó estar en la Junta Directiva de Extranjeros de la universidad. Cuatro o cinco años después, pasé a la Junta Directiva General. Y después me comunicaron que la construcción de un nuevo edificio iba a llevar mi nombre” comentaba Mattos. 

La vida educativa siempre ha estado ligada a Mattos. Eso es incuestionable. Y el premio le llegó cuando su gestión fue brillante.